miércoles, 8 de diciembre de 2010

Nos da la bienvenida Quevedo

El comienzo de este blog no podía ser de otra manera que disfrutando de la lectura del soneto, donde está incluido el verso del que toma, en parte, su nombre. Aquí lo tenéis.

AMOR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA MUERTE

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;
Mas no de esotra parte en la ribera
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.
Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
Venas, que humor a tanto fuego han dado,
Médulas, que han gloriosamente ardido,
Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.


Francisco de Quevedo y Villegas

2 comentarios:

  1. Te escribo lisonjera para felicitarte por tus afanes y que tengan buena fortuna, Isabel.

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  2. Muchas gracias, amiga. No sabes cómo te lo agradezco. Un beso con sentido

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