
Cuando pensamos en que os casaríais, después de tantos años viviendo juntos, creímos que no os lo tomaríais tan en serio. Que sería un formalismo y, eso sí, un motivo de celebración, de unión, de muestra de agradecimiento, de "poteo"... Sin embargo, al pedirnos que Blanca y Sofía fueran las encargadas de llevar vuestros anillos, la cosa empezó a sorprendernos. Y debo reconocer que nos encantó. Os agradecemos tanto que pensarais en ellas como co-protagonistas de vuestro enlace, que no os lo sabremos agradecer nunca lo suficiente, sobre todo por lo que a ellas les supuso. El punto de vista de padres es maravilloso. Te llena de orgullo que a tus hijas, a las que cuesta tanto guiar, se las elija para algo tan importante. Y ellas también lo percibieron así. Así que: GRACIAS.

Nos ha emocionado vuestro cariño sincero hacia nosotros, hacia el resto; vuestro amor que, al contemplarlo, también nos unía al ser amado; vuestro agradecimiento; vuestras preocupaciones por los invitados; vuestros regalos, tan cuidados; vuestros detalles, a veces, imperceptibles; vuestra preocupación y sufrimiento por que todo saliera bien; VUESTRO ENTUSIASMO. (Imagino que llegados a este punto, Yosune ya estará llorando. ¡Ánimo, Yosu, que aún queda un poco más!)
Nos ha encantado vuestra puesta en escena. ¡Ojalá todas la bodas fueran así! Habéis abierto vuestro corazón generosamente. Os habéis mostrado tal y como sois y eso nos ha emocionado profundamente. Entrar en Etxeberri y pasar de un plato a otro a ritmo de Queen, Bon Jovi, Springsteen, AC-DC, nos ha reconciliado con la celebraciones nupciales. Son todas tan serias y previsibles, que la vuestra ha sido de lo más acertado. ¡Genial! Los detalles con los invitados, los ramos de flores a las madres, hermana, prima, amigos os han descubierto cómo sois: generosos, agradecidos a manos llenas y alegres con el bien ajeno.
Solo espero y deseo que siga brillando vuestra buena estrella, que os habéis ganado con esta celebración. Además de que aumentéis el tándem en cuanto podáis. Y, por último, quiero deciros, aunque ya lo sabéis, que aquí nos tenéis para devolveros todo lo que nos habéis dado.
Que llegará ese momento y que no fallaremos.
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