
He dejado reposar un poco la efervescencia del momento, además de estar ocupada con otras actividades complementarias, como nuestro Koowall, y ahora vengo a contaros qué nos pareció. Sinceramente, disfrutamos. Disfrutamos mucho, a pesar de ir en muchas ocasiones de pastora, volvería a repetirla. A pesar de recibir dos fotografías en las dos horas de descanso, que me harían rechazar volver a elaborar una actividad como esta, volvería a repetirla. Y a pesar de que dos no entraran en el teatro; de que tres llegaran tarde - y uno en lamentables condiciones-, volvería a repetirla.
¡VOLVERÍA A REPETIRLA! Porque para eso estoy. Soy docente y estoy orgullosa de serlo. Y con estas dificultades se capean las enseñanzas-aprendizajes.Y con estas luchas y perseverancia se consigue abrir las mentes de los alumnos. Con las experiencias consiguen aprender más y mejor, que con mis palabras en clase.
Los resultados se ven después, cuando te preguntan por las pinturas negras de Goya en clase; te explican quién es la "Maja desnuda"; reconocen a Jovellanos cuando estudiamos el Neoclasicismo; recuerdan entre risas el Hermafrodito; alaban, a su manera, el salero del Tesoro del Delfín; recuerdan el cuadro de "Saturno devorando a su hijo" de Rubens y te piden ver el de Goya; recuerdan el "Rapto de Europa" y reflexionan sobre la intervención del toro de Veragua de la exposición actual, que hay en el Museo del Prado sobre "Historias naturales"; te cuentan cómo se les puso la piel de gallina al ver a Carmen Machi en el escenario (Aída, para ellos era Aída); que se emocionaron al matar al caballero de Olmedo; cómo les metía en escena la música que tocaron y las canciones - muy bien incluida en una puesta en escena minimalista y arriesgada-; que pudieron hablar después de la obra con los actores en el Café Pavón, que hay al lado del teatro... y tantas otras cosas. Y tantos otros "feed-back".
Esta actividad, que fue preparada cuidadosamente durante cuatro meses, reunió en una jornada de convivencia, de aprendizaje y de gusto por apreciar la belleza a una magnífica representación de lo que es un CEPA. Participaron de ella, alumnos actuales y antiguos alumnos de todas las enseñanzas que tiene un Centro de Adultos. Y lo disfrutaron todos. Cada uno a su manera; pero eso es el Arte: goce, disfrute y placer en la contemplación de obras pictóricas, escultóricas, arquitectónicas o teatrales. Y tras ello, tener la sensación de que nuestra alma está plena y satisfecha.
Lo repetiría. Por supuesto, junto a mi compañera de viaje. Gracias por bailar conmigo, Rosaura.
Nos van saliendo bien los pasos de baile, no te parece, compañera? Y qué estupendos son los bailarines que nos acompañan!!!!
ResponderEliminar