miércoles, 12 de marzo de 2014

Guinda final del 20F

Ya hemos estado diciendo en entradas anteriores que el día 20 de febrero íbamos a hacer una salida extraescolar, junto con Rosaura, para ver un itinerario del Museo del Prado, "Los objetos hablan" y la representación de El caballero de Olmedo de Lope de Vega por la Compañía Joven del Teatro Clásico. Preparamos una actividad complementaria de motivación y de repaso de contenidos de las materias de Ciencias Sociales y Lengua castellana y Literatura en la Biblioteca, que fue un éxito. Nuestra "Caza del Tesoro"

He dejado reposar un poco la efervescencia del momento, además de estar ocupada con otras actividades complementarias, como nuestro Koowall, y ahora vengo a contaros qué nos pareció. Sinceramente, disfrutamos. Disfrutamos mucho, a pesar de ir en muchas ocasiones de pastora, volvería a repetirla. A pesar de recibir dos fotografías en las dos horas de descanso, que me harían rechazar volver a elaborar una actividad como esta, volvería a repetirla. Y a pesar de que dos no entraran en el teatro; de que tres llegaran tarde - y uno en lamentables condiciones-, volvería a repetirla.

¡VOLVERÍA A REPETIRLA! Porque para eso estoy. Soy docente y estoy orgullosa de serlo. Y con estas dificultades se capean las enseñanzas-aprendizajes.Y con estas luchas y perseverancia se consigue abrir las mentes de los alumnos. Con las experiencias consiguen aprender más y mejor, que con mis palabras en clase.

Los resultados se ven después, cuando te preguntan por las pinturas negras de Goya en clase; te explican quién es la "Maja desnuda"; reconocen a Jovellanos cuando estudiamos el Neoclasicismo; recuerdan entre risas el Hermafrodito; alaban, a su manera, el salero del Tesoro del Delfín; recuerdan el cuadro de "Saturno devorando a su hijo" de Rubens y te piden ver el de Goya; recuerdan el "Rapto de Europa" y reflexionan sobre la intervención del toro de Veragua de la exposición actual, que hay en el Museo del Prado sobre "Historias naturales"; te cuentan cómo se les puso la piel de gallina al ver a Carmen Machi en el escenario (Aída, para ellos era Aída); que se emocionaron al matar al caballero de Olmedo; cómo les metía en escena la música que tocaron y las canciones - muy bien incluida en una puesta en escena minimalista y arriesgada-; que pudieron hablar después de la obra con los actores en el Café Pavón, que hay al lado del teatro... y tantas otras cosas. Y tantos otros "feed-back".

Esta actividad, que fue preparada cuidadosamente durante cuatro meses, reunió en una jornada de convivencia, de aprendizaje y de gusto por apreciar la belleza a una magnífica representación de lo que es un CEPA. Participaron de ella, alumnos actuales y antiguos alumnos de todas las enseñanzas que tiene un Centro de Adultos. Y lo disfrutaron todos. Cada uno a su manera; pero eso es el Arte: goce, disfrute y placer en la contemplación de obras pictóricas, escultóricas, arquitectónicas o teatrales. Y tras ello, tener la sensación de que nuestra alma está plena y satisfecha.

Lo repetiría. Por supuesto, junto a mi compañera de viaje. Gracias por bailar conmigo, Rosaura.


1 comentario:

  1. Nos van saliendo bien los pasos de baile, no te parece, compañera? Y qué estupendos son los bailarines que nos acompañan!!!!

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