El pasado miércoles, los alumnos de Nivel II de La Cabrera me pidieron encarecidamente que hiciéramos una actividad sobre las Vanguardias. Principalmente, dadas las fechas en las que estamos, además de que la próxima semana tienen el último examen, que consta de muchos contenidos, era para no dar más materia. Que ya lo sé... Sin embargo, tocaron la tecla adecuada y despertaron mis ganas de probar.
Así que, practicaron la escritura automática del movimiento vanguardista del Surrealismo. Tres minutos en silencio y cinco escribiendo lo que fluyera de sus mentes. Es verdad que no era el ambiente adecuado completamente y que su predisposición tampoco. Aún así, lo intentaron con mucho afán y esta fotografía es el resultado de su trabajo.
Dado que muchos no querían que se conociera, ni su letra, ni sus escritos, eliminé los nombres y solapé unos textos encima de otros. Muy provechoso. Enhorabuena, chicos. Y gracias.
Como el verso de Quevedo, aunque en aquel caso era su amor el que tendría sentido, pretendo que en este blog todo tenga sentido: mis palabras, tus palabras, nuestras palabras. Ya que esa es la característica principal del ser humano, vamos a comunicarnos, a investigar y a deleitarnos con nuestra materia de Lengua castellana y Literatura. Aquí, aunque las palabras vuelen con el viento y desaparezcan, ¡tendrán sentido!
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