Recientemente me regalaron por correo electrónico este magnífico trabajo de investigación-muestra de realidad sobre la naturaleza humana de "Acción contra el hambre".
Creo que, sin palabras, es increíblemente expresivo. No necesitamos más que mirar para aprender. Aprender a compartir. Y puede que nosotros no tengamos que hacerlo.
Puede que todos los que nos están "convenciendo" de que debemos aprentarnos el cinturón; de que trabajemos más por menos; de que pensemos que los trabajadores de a pie hemos disfrutado una parte del pastel, sin que estemos acostumbrados a ello; de que nos conformemos con lo que tenemos, porque quién sabe lo que puede empeorar el futuro; de que nos acomodemos con esta situación; de que no luchemos; de que no pensemos que todo puede ir mejor con buena voluntad; y, sobre todo, sobre todo, de que aprendamos a comulgar con ruedas de molino. Puede que todos estos, digo, piensen que hay otras alternativas.
Digo que puede que piensen en ello. Que lo sientan y les emocione, ya lo he descartado hace tiempo. Que no te pase a ti.
Como el verso de Quevedo, aunque en aquel caso era su amor el que tendría sentido, pretendo que en este blog todo tenga sentido: mis palabras, tus palabras, nuestras palabras. Ya que esa es la característica principal del ser humano, vamos a comunicarnos, a investigar y a deleitarnos con nuestra materia de Lengua castellana y Literatura. Aquí, aunque las palabras vuelen con el viento y desaparezcan, ¡tendrán sentido!
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